jueves, 30 de diciembre de 2010

Carta de una joven encerrada en Picón del Jarama

Tristemente, así está el panorama en los centros de menores. Esta es una carta escrita por una joven internada en el centro del Jarama donde afirma sufrir tortura física y psicológica diaria. Debemos actuar YA.
Estabamos todos menos Carlos en la sala de la tele, eran las 10:15, porque una educadora de fin de semana Cristina nos puso un objetivo grupal en el que si nos portábamos bien teníamos media hora más de tiempo libre (...) y justo a las 10:15 vinieron Lorena y Chema diciendo que nos fueramos a nuestros cuartos. Nosotros lo veíamos injusto y dijimos que no nos queríamos ir y estubimos discutiendo lo que estaba pasando bien, (...). Me salí del cuarto y cuando ví que estaban agrediendo con contenciones a Jessica solamente por estarse quieta quise entrar para ayudarla y me agarraron Chema y un seguridad y me llevaron al final del pasillo, desde que estoy en este centro sufro ataques de ansiedad y pueden corrovorarlo otras personas menores y educadores y psicóloga, que, dichos ataques no son violentos ni para mí ni para otras personas, lo único es que me tiembla el cuerpo, poniéndome rígida, no puedo ver ni respirar ni pensar. Me dió uno al lado de mi cuarto y Chema me intentaba levantar y tranquilizarme, en seguida vino Alberto un seguridad agresivo que tiene denuncia por haber abierto la cabeza a un menor Jorge, este seguridad me agarra violentamente retorciéndome el brazo y llevándome arrastras hasta la habitación, en la cual varios educadores Chema y Camilo estubieron porque me dieron otros ataques de ansiedad ayudándome a respirar, a la menor Jessica le hicieron más de 4 contenciones violentas en el momento, tiene la mano fracturada y no se le llevó al médico, la dieron 4 pastillas que la dejaron totalmente drogada, el menor Luis tampoco recibió asistencia médica, no puedo contarles del todo bien lo que les pasó a mis compañeros pues tenemos 24 horas de aislamiento y sólo podemos hablar a veces y gritando (...) Esta mañana me ha dado un ataque de ansiedad por la situación que vivimos aquí. A mi personalmente me parece injusto que por un ataque de ansiedad se me ponga falta grave, se me aisle, se me prohiban las salidas y se me quiten los objetivos, lo que yo tengo es un problema de salud (...)
Ahora yo tengo decidido fugarme, y es la primera pero es que o me boy o me boy a acabar matando, porque estar aqui es una tortura fisica y psiquica constante que no recomiendo a nadie.
Leen tus papeles intimos y personales. Escuchan tus llamadas. Te prohiben salidas que te tocan. Las salidas l
as retrasan por no tener organización. Te aislan solo.(...) Y mil cosas más que están prohibidas, hago esta carta que espero que la lea mi madre y mi familia, policias, los de ayuda al menor y la gente que esta fuera, aquí en PICON DEL JARAMA (Paracuellos) los menores sufrimos. POR FAVOR TE LO PIDO XXXX , TU Y XXXX AYUDARME, YO OS PAGARE LAS LLAMADAS PERO ES MUY URGENTE.

Firma: Elena X.X.

martes, 28 de diciembre de 2010

¿Cuál es la solución?

     A mi me parece que a uno de los fenómenos a los cuales nunca hemos sido capaces de enfrentarnos es al de la delincuencia juvenil porque ni siquiera somos capaces de apostar por la psicología. El hecho de que un joven esté interno da pie a pensar: "algo habra hecho"; "tampoco sería un angelito". Yo no dudo que dentro del mundo de los centros de menores haya verdaderos gamberros y sinverguenzas  por parte de los propios menores, pero tambien por parte de los propios internadores y especialistas del centro. Por lo tanto, la solución a los problemas ¿es radicalizar a todos? Como bien he escuchado una vez: El problema de la delincuencia juvenil viene en parte a que todos somos culpables y nos corresponde solucionarlo, levantando el brazo de la justicia. Pero sin olvidar la caridad y las posibilidades de reinsercción de los jovenes y menores.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

¿quienes son los malos?

Los medios de comunicación los han pintado como casi los herederos del doctor Mengele, se quejan. El informe que el Defensor del Pueblo hizo público la pasada semana destapando malos tratos en "muchos" centros de menores con trastornos de conducta y en situación de dificultad social ha puesto la labor de los educadores que trabajan en estas instituciones bajo sospecha. Durante varios días hemos escuchado testimonios de ex educadores y de adolescentes que habían pasado por estos centros y corroboraban las conclusiones del documento: agresiones, vejaciones, maltratos, niños en celdas de aislamiento sin supervisión judicial e incluso medicación forzosa eran algunas de las prácticas que describían. Pero, ¿qué dicen los "verdugos"?